“Nadie tiene el permiso...
de hacerme sentir mal...
sin mi permiso” !!!!!
Esta frase de la sabiduría popular, envuelve una grandísima verdad !!!!
veo diariamente, personas que se molestan unas con las otras
por las cosas que se dicen o hacen;
por una mirada, por una actitud hiriente
o por palabras ofensivas, etc.
.
Más allá de la cotidianidad que estas actitudes conllevan,
siempre encontramos personas que en alguna medida
valoran demasiado ... lo que los demás les hacen ... o dicen.
A veces, me ocurre.
Cierta mañana una persona en mi entorno laboral
se burlaba de una forma inocente, de mi desayuno.
Sin darme cuenta reaccioné a la defensiva
y le di alguna explicación sobre ello.
Después de unos minutos llegué a la conclusión
que le estaba dando más valor, del que realmente se merecía,
de hecho, ni siquiera se merecía, una explicación de mi parte.
Muchas personas pasamos por ese ciclo, todos los días.
Gran parte de nuestra energía vital diaria
acaba en reaccionar, ante lo que los demás nos emiten
como pensamientos o acciones, mal intencionadas.
Está en nosotros reaccionar de igual forma:
infantilmente o con madurez,
"tú tienes la llave de tus emociones,"
eres el que decide... cómo quieres sentirte.
Puedes elegir, terminar enfadado
por una que no sabe conducirse como es debido,
o al contrario
concluyes riéndote de lo infantil
que somos, los seres humanos, aún cuando ya somos adultos
y se supone que deberíamos poder
comportarnos, de una forma razonable.
"Nadie puede hacerte sentir mal "
"ni mucho menos ofenderte,"
el que se ofende de lo que otros te dicen o hacen ...
eres tú,
si al contrario pones la perspectiva correcta
y entiendes que no siempre, los demás actuarán de forma razonable
o con educación,
hasta entonces, empezarás a entender la verdad
más profunda ,del dicho popular
con que inicié este artículo...
"nadie tiene tu permiso para hacerte pasar un mal momento,"
"nadie puede entrar en tu corazón y decirte"
“te obligo a que te sientas mal”,
simplemente reaccionamos...
como me pasó a mí, esa mañana.
Pero, después de unos minutos pensé
en esa frase tan sabia...
nadie puede obligarte a sentir algo
que simplemente no es beneficioso para tu espíritu;
vivir en paz no es fácil
en un mundo lleno de personas violentas o malintencionadas,
pero tampoco te pueden obligar a ser, como otros quieren que seas.
Si decides ser un alma que se mueve en paz
de acuerdo a una verdad de tranquilidad interior
no habrá persona alguna, que pueda sacarte de ese estado, de pensamiento.
Muchas personas han caminado en este mundo;
han pensado, actuado de esa forma y logrado salir adelante
ante situaciones duras y difíciles.
Así que no decaigas.
Te invito a que lo intentes,
piensas cuando alguien te ataque
o te muestre animosidad o adversidad
que esta persona está emitiendo energía negativa
pero que está en tus manos ... recibirla o simplemente dejarla correr
nadie puede obligarte... a sentirte mal,
eres tú al final... el que decidirá cómo sentirte;
la llave de tus emociones ... siempre ha estado y estará en ti !!!!!
así que úsala con discreción y sabiduría.
desconozco autor
de hacerme sentir mal...
sin mi permiso” !!!!!
Esta frase de la sabiduría popular, envuelve una grandísima verdad !!!!
veo diariamente, personas que se molestan unas con las otras
por las cosas que se dicen o hacen;
por una mirada, por una actitud hiriente
o por palabras ofensivas, etc.
.
Más allá de la cotidianidad que estas actitudes conllevan,
siempre encontramos personas que en alguna medida
valoran demasiado ... lo que los demás les hacen ... o dicen.
A veces, me ocurre.
Cierta mañana una persona en mi entorno laboral
se burlaba de una forma inocente, de mi desayuno.
Sin darme cuenta reaccioné a la defensiva
y le di alguna explicación sobre ello.
Después de unos minutos llegué a la conclusión
que le estaba dando más valor, del que realmente se merecía,
de hecho, ni siquiera se merecía, una explicación de mi parte.
Muchas personas pasamos por ese ciclo, todos los días.
Gran parte de nuestra energía vital diaria
acaba en reaccionar, ante lo que los demás nos emiten
como pensamientos o acciones, mal intencionadas.
Está en nosotros reaccionar de igual forma:
infantilmente o con madurez,
"tú tienes la llave de tus emociones,"
eres el que decide... cómo quieres sentirte.
Puedes elegir, terminar enfadado
por una que no sabe conducirse como es debido,
o al contrario
concluyes riéndote de lo infantil
que somos, los seres humanos, aún cuando ya somos adultos
y se supone que deberíamos poder
comportarnos, de una forma razonable.
"Nadie puede hacerte sentir mal "
"ni mucho menos ofenderte,"
el que se ofende de lo que otros te dicen o hacen ...
eres tú,
si al contrario pones la perspectiva correcta
y entiendes que no siempre, los demás actuarán de forma razonable
o con educación,
hasta entonces, empezarás a entender la verdad
más profunda ,del dicho popular
con que inicié este artículo...
"nadie tiene tu permiso para hacerte pasar un mal momento,"
"nadie puede entrar en tu corazón y decirte"
“te obligo a que te sientas mal”,
simplemente reaccionamos...
como me pasó a mí, esa mañana.
Pero, después de unos minutos pensé
en esa frase tan sabia...
nadie puede obligarte a sentir algo
que simplemente no es beneficioso para tu espíritu;
vivir en paz no es fácil
en un mundo lleno de personas violentas o malintencionadas,
pero tampoco te pueden obligar a ser, como otros quieren que seas.
Si decides ser un alma que se mueve en paz
de acuerdo a una verdad de tranquilidad interior
no habrá persona alguna, que pueda sacarte de ese estado, de pensamiento.
Muchas personas han caminado en este mundo;
han pensado, actuado de esa forma y logrado salir adelante
ante situaciones duras y difíciles.
Así que no decaigas.
Te invito a que lo intentes,
piensas cuando alguien te ataque
o te muestre animosidad o adversidad
que esta persona está emitiendo energía negativa
pero que está en tus manos ... recibirla o simplemente dejarla correr
nadie puede obligarte... a sentirte mal,
eres tú al final... el que decidirá cómo sentirte;
la llave de tus emociones ... siempre ha estado y estará en ti !!!!!
así que úsala con discreción y sabiduría.
desconozco autor
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